lunes, 12 de diciembre de 2011

Unión Europea: La solución no es económica


El pasado viernes 9 de diciembre se dio la cumbre entre los 27 países miembros de la Unión Europea para encontrar una solución a la actual crisis económica que enfrenta el continente. El gran resultado es que 26 países se acogieron a las nuevas medidas, las cuales incluyen el que los gobiernos participantes no pueden tener un déficit estructural mayor al 0,5% de su PIB y sus presupuestos anuales deben ser aprobados por la Comisión Europea [1].

El gran ausente en este consenso europeo fue Reino Unido, quien hizo honor a su euroescepticismo basado en el distanciamiento histórico de las islas a las políticas continentales. Lo realmente sorpresivo es el hecho de no haber encontrado Reino Unido apoyo alguno de los otros nueve países que se encuentran fuera de la eurozona y que solían compartir el escepticismo británico, como era el caso de países nórdicos como Suecia o del antiguo bloque comunista, como era el caso de República Checa y Hungría [2], al tener estos políticas más afines con el libre mercado. Incluso Polonia ha hecho caso omiso de su también histórica sospecha hacia las potencias centrales.

El avance de estas medidas va en clara línea con las aludidas potencias, es más, se podría ya empezar a vislumbrar. Por un lado, se presenta la idea adelantada por Sarkozy sobre la Europa a dos tiempos, donde se crearía una federación entre los 17 miembros de la eurozona y una confederación con los 10 restantes. Por otro lado, y en ese orden de ideas, también se debe destacar en que este es otro paso hacia los Estados Unidos de Europa que propuso Merkel. Lo más particular, es que se dio una amalgama entre la disciplina fiscal teutona y el dirigismo galo [3].

En conclusión, la fachada es económica pero el trasfondo es político. En este instante estamos ante la posibilidad de un nuevo punto de inflexión en donde podemos ver el surgimiento de una nueva unidad política máxima que suplante al Estado-Nación, o bien, a la consolidación de éste. ¿Qué debe primar? Esa es el gran interrogante que debemos plantearnos.

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