jueves, 22 de diciembre de 2011

Poniéndole el Cuerno

Frecuentemente se denomina a África como el “continente olvidado”, e investigando un poco para el artículo de hoy me doy cuenta de por qué. No sólo fue algo complicado encontrar buenos reportes que vieran un poco más allá de los clichés alrededor de este continente, sino que también fue difícil encontrar buenas fuentes que se originaran allá mismo. Claramente no soy experto en el continente negro, así que mientras sigo en la búsqueda de mejor información ténganme paciencia.

Retomando aquello de los clichés, es de notar que la región del Cuerno de África es particularmente conflictiva y de ahí salen muchas de las cruentas imágenes que nos llegan a casa: hambrunas, guerras civiles, anarquía, secesiones, epidemias, piratería, dictaduras, etc. De hecho, Somalia suele ser el póster del infierno en la tierra en el escándalo mediático, y ya en los círculos académicos y políticos es un caso clave en el debate sobre la soberanía ¿Debe un estado extranjero intervenir dentro de un país cuyo gobierno no responde a sus obligaciones? ¿Qué deben hacer los países vecinos si un estado no puede controlar su situación interna y esta se desborda?

En este caso particular, parece que la respuesta es afirmativa. El pasado 14 de octubre fuerzas kenianas hizo un envío de tropas que traspasaron la frontera con Somalia alegando el rescate de turistas extranjeros secuestrados por el grupo radical Al-Shabaab, incursión no muy distintas a las realizadas por Etiopía y Estados Unidos en años anteriores [1]. Hasta donde se sabe, el día de ayer se realizaron nuevos bombardeos de fuerzas kenianas sobre una aldea somalí supuestamente ocupada por Al-Shabaab. Corre la posibilidad de que no se trate de este grupo radical como tal, debido a que es uno de tantos que se pelean por el poder dentro de éste país, pueda que se trate de una nueva modalidad de piratería, pero a la hora de la verdad lo de Al-Shabaab pueda que sólo sea una excusa.

La situación puede ser aún más clara si se tiene en cuenta, por ejemplo, esta carta escrita por el propio Presidente de Kenia Mwai Kibaki, en donde entre líneas se puede observar que tener un vecino tan complicado como Somalia puede ser nefasto para los intereses de su país, más si se le suma el hecho de que se están cumpliendo con las exigencias actuales estrenando constitución democrática. Sumándole a esto el hecho de que en esta temporada de crisis económica, se le está apostando a regiones poco desarrolladas para mover dinero, lo que es una oportunidad dorada para el Cuerno de África, por ello se ha visto más intentos de integración por parte de los países de la zona, lo cual también ha traducido en avances militares de otros estados como Etiopía y Djibouti no sólo en Somalia, sino también en Sudán debido a su proceso de secesión entre otros problemas internos, para calmar la zona y hacerla atractiva.

Vale aclarar que estas esperanzas no son infundadas, los avances de Kenia cuentan con el apoyo de potencias que buscan hacer balance ultramarino, como es el caso de Estados Unidos que después del chasco del black hawk down de seguro espera que otro haga el trabajo sucio en Somalia, y por eso hace aportes generosos en dinero para que Kenia mejore y modernice su otrora malogrado y decorativo ejército. Otra potencia interesada es Francia, dado que sus navíos suelen ser víctimas frecuentes de los piratas somalíes, asistiendo con entrenamiento de tropas y equipos.

Sin embargo, a pesar de las aparentes ventajas el ejército keniano no la ha tenido fácil, empezando porque la primera incursión fue atascada por las lluvias, el lodo, los mosquitos y la disentería, evidenciando la falta de preparación de las tropas. Por otra parte, aunque en un principio Al-Shabaab negó su participación en los secuestros de los turistas, era de suponerse que al ser uno de los grupos que aprovechan la debilidad del Gobierno Federal Transicional (TFG por sus siglas en inglés) para reclamar la autoridad de Somalia, no vean con buenos ojos estas invasiones de ejércitos foráneos y envíen mensajes amenazantes, además de aprovechar su situación irregular para confundir a sus adversarios [2].

De todos modos, es muy posible que los avances militares dentro de Somalia no tengan el resultado esperado, e incluso que agraven el problema. Lo mejor que pueden hacer los países del Cuerno con sus ejércitos renovados es contener el conflicto somalí dentro de sus fronteras y dejar que lo resuelvan, de por sí parece que hay una luz en cuanto al avance de un gobierno civil, pero puede que este tarde más de lo que esperan sus vecinos. Lo claro acá es que Kenia está aprovechando sus recientes impulsos para consolidarse como potencia regional, pero es una zona muy compleja y aún tiene varios altibajos domésticos para lograr tal cometido.

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