viernes, 23 de diciembre de 2011

En todo lado se cuecen habas

Fiel a mi idea de no dejar por fuera a ninguna región del mundo, hoy me he dado a la tarea de revisar una en particular de la cual se conoce poco, pero si las cosas siguen el curso que parecen estar tomando, será clave en poco tiempo: Oceanía, o mejor, el Pacífico como estos estados prefieren ser llamados.

Normalmente los eventos concernientes a esta región los apelmazan con la sección de Asia, y suelen reducirse a sus representantes más notorios, que son Australia y Nueva Zelanda, aunque admito que es de estos países de donde saco la mayor información.Precisamente el Lowy Institute en Australia publicó hace unos meses un documento sobre la importancia de y para esta región de la atención que se le pone ahora a Asia Oriental y la zona pacífica. Al igual que el autor de este texto, me referiré como Pacífico como a la zona que va desde las Islas Marshall en el norte, Kiribati al este, Nueva Zelanda al sur, y Australia al oeste, y será ese texto la guía de la presente publicación.

Algo interesante de estos países isleños, además de su protagonismo en el rugby, es que no se encuentran ni entre los más ricos ni los más pobres, pero aún así hay grandes asimetrías entre estos. También, a pesar de la larga influencia británica y ser el inglés la lengua franca, alcanza a haber una clara distinción étnica entre los habitantes de cada una de las islas. Por esta razón, al igual que otras regiones cuya descolonización se dio recientemente, encontramos en el Pacífico las familiares tendencias de democracias a medio hacer, líneas dinásticas o simples dictaduras, que en estos instantes parecen haber turbulencias y cambios importantes en la política de la región.

Continuando con las mencionadas disparidades, algunos de ustedes que ya ven un poco más allá de la imagen paradisiaca que se tiene de las islas ya habrán intuido que algo por lo que pueden adolecer estos países es de la escasez de recursos. A pesar de haber casos como Papua Nueva Guinea que ve un aumento de sus exportaciones y su economía, o Tonga que logra mantenerse estable, todos los países cuentan dentro de parte importante de su PIB el aporte o de otros países, siendo además de Australia y Nueva Zelanda, Estados Unidos, Francia y Japón los principales donantes. Pero ya aparece en escena un nuevo contendiente en las donaciones: China.

Podrá no parecerlo a primera vista, pero está región es clave dado el nuevo balance de poder que se está dando en dicho océano, en donde EEUU está buscando o reafirmando alianzas en el patio trasero chino, cosa que ha puesto en alerta al gigante amarillo y ya toma medidas al respecto. Por lo tanto, estamos ante un conjunto de países que pueden ser considerados una forma distinta de estados tapones, debido a su carácter insular, pero no por ello dejan de ser el puente entre las dos potencias y parte de su tablero de ajedrez. En cuanto a lo insular no me refiero exclusivamente al hecho de que se traten de islas, históricamente y aún hoy en día se tiene la imagen de que son el rincón más alejado del planeta, y esto es notorio en que a ninguno de los 14 países subdesarrollados los tienen en cuenta para la Cooperación Económica del Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) o en las Sociedad Trans-Pacífica (TPP, ídem).

Es más, los recurrentemente mencionados en este artículo Australia y Nueva Zelanda son las naturales potencias regionales, y se esperaría por lo tanto que defenderían los intereses de su zona de influencia. Esto pudo haber sido hace unos 30 años o más, en donde incluso del “Método Pacífico”, en donde los 16 países tomaban las decisiones colectivamente y por consenso. Pero con Australia dividida entre su tradición anglosajona que la acerca a EEUU y su dependencia comercial hacia China, y los declives neozelandeses debido a la crisis económica y al reciente terremoto sufrido en Christchurch, estos dos han velado por sus intereses dejando a la deriva a los otros 14 [1].

Pueda que no sean muy notorios, diminutos, y sólo se sepa de ellos por el rugby, las playas y las pruebas nucleares, pero de ser cierto que el futuro se encuentra en el Océano Pacífico como vienen vaticinando desde mis textos escolares, no podemos dejar pasar de largo los juegos de poder que se dan en esta zona aislada.

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