martes, 31 de enero de 2012

¿Unión?

En mi último artículo sobre África Subsahariana le aposté a Sudáfrica como la posible potencia regional de todo ese continente, pero en ningún momento dije que la tendría fácil. Es más, no se puede esperar que surja un estado fuerte y que aquellos a su alrededor no sientan siquiera nerviosismo frente a tal situación. Fuera de eso, los países rezagados de la zona deben sentir alguna necesidad o afinidad para coalicionarse con el futuro hegemón.

Todo esto lo traigo a colación para comentar el resultado de la reciente cumbre de la Unión Africana en Addis Abeba que concluyó el día de ayer. Cumbre que por cierto estuvo marcada particularmente por la inclusión del delegado de Sudán del Sur, y su acre relación con Sudán (como todo divorcio con tanta violencia doméstica). Pero ese es el chisme, la verdad lo interesante es que se llevó a cabo la tercera ronda de elecciones para Gerente del Comité Ejecutivo, y el resultado fue tablas, lo que parece prolongar la estadía del gabonés Jean Ping, aunque este tampoco logró los dos tercios de la votación necesarios.

La contendiente de Ping era la sudafricana Nkosazana Dlamini-Zuma, quien desde la presidencia de Nelson Mandela ejerce en altos cargos públicos, y en particular aquellos relacionados con las relaciones exteriores de su país (ya que andamos de chismosos, también se trata de la ex esposa del actual presidente Jacob Zuma). Sorprende que la mayor economía del Continente Negro no haya logrado mayor influencia en su propia región. Las razones que se aducen para tal falta de lobby entre sus vecinos es el contrapeso hecho por otros aspirantes a potencia regional como Egipto y Nigeria, como el también tener casi en el olvido a los países francófonos del continente.

A pesar de que el perfil de este blog observa más el comportamiento de las élites políticas que actúan en el Sistema Internacional, tampoco se puede dejar de lado el hecho que estos suelen reflejar ciertas idiosincrasias internas de los estados y naciones que representan (tema que pienso abordar en algún momento). Más si se tiene en cuenta que los límites políticos dentro de África no corresponden a los límites territoriales de las antiguas tribus -de ahí tanta matazón-, corresponden a los límites de los antiguos colonizadores europeos. Por cierto, son precisamente esas élites las que mantienen esas fronteras en pro de sus beneficios propios, pero igual que las tribus que se masacran en su interior, estos también presentan rivalidades con el componente adicional que se trata de las rivalidades de sus antiguos colonizadores.

Ejemplo clarísimo es que los mencionados países africanos francófonos de la centro-occidental han logrado implementar una moneda única, el Franco CFA, el cual parece tener mayor éxito que el mismo Euro (claro, no se trata de economías tan complejas como las del Viejo Continente, más bien un paupérrimo comercio de commodities pero ahí van). Pero los países anglófonos de esta sub-región no participan de tal moneda integrada, de hecho todo parece indicar en que no se ve con buenos ojos la integración de estos países en particular.

Así pues, el ser influyente en África va en principio en dos niveles: las antiguas tribus y los regímenes heredados. Y no existe tampoco país más variado en ambos aspectos que la misma Sudáfrica, donde incluso su diáspora europea no es originaria de un solo país, tan sólo si se pusieran de acuerdo en su interior… Por supuesto, he ahí el inconveniente, estos son estados en formación jugando a ser grandes, y aunque se habla de un interés común africano, este aún no parece estar definido. Mientras tanto el Comité Ejecutivo seguirá con lo que tiene, que mal que bien se trata de un diplomático de carrera, pero la pugna sigue vigente.

domingo, 29 de enero de 2012

Suerte con eso...

Yo sé que es domingo por la noche y preferirían pensar en cosas relajantes y poco densas, y no en reclamos históricos que usan todo tipo de discursos, de ser posible los que más apelen a la emocionalidad de las partes. Una de las cosas curiosas de ser latinoamericano es que cada tanto nos hacen llamados a la unidad subcontinental frente a ciertos aspectos históricos bajo una retórica de víctimas, sin tener en cuenta que muchas veces esa lógica tiene un fuerte legado de la conquista española que suele ser la mayor adversaria de quienes hacen el llamado. Y el ejemplo más reciente es el reavivamiento del caso Malvinas.

Traigo esta herencia a colación porque el choque entre dos tradiciones explica muy bien el por qué no se llega a un acuerdo entre el Reino Unido y Argentina. Un documento de gran volumen y de gran peso sobre nuestras consciencias fue el Código de Indias, el cual explica en buena parte nuestra fe ciega en el legalismo, así muchas veces las leyes no coincidan con la realidad. Tampoco es de descartar, sobre todo para este caso en particular, el Tratado de Tordesillas, bajo el cual una bula papal repartió el Nuevo Mundo entre los imperios Español y Portugués. Es ese tratado el que dio pie al reclamo de los independentistas platenses sobre las islas, al ser las de mayor proximidad con el antiguo Virreinato de la Plata, y por lo tanto parte del Imperio Español que pasaba a ser de su territorio.

Pero ese tratado tuvo más repercusiones que la colonización de las dos mayores potencias de la época. Potencias emergentes como Gran Bretaña no vieron esto con buenos ojos al querer participar en la repartija, y por ello se zafaron del mandato papal (el anglicanismo no fue precisamente un renacer espiritual), y aplicaron una política exterior en principio amoral que burlonamente llaman algunos la ley “Piratas del Caribe”, en la cual las tierras eran de aquellos que tomaran posesión de ellas, así fuera a sangre y fuego. Política exterior británica que se mantuvo hasta la Guerra de los Boer en la actual Sudáfrica que finalizó en 1902. Bajo esa idea los británicos tomaron las Malvinas en 1765, y luego de un abandono las retomaron en 1833 cuando los argentinos enviaran a un gobernador francés en su nombre. El 2 de abril de 1982 los argentinos tomaron la tónica británica bajo la Junta Militar dirigida por Leopoldo Galtieri, y ya vimos como eso les salió muy mal.

Esta patada de ahogado que les significó a los militares australes el retorno a la democracia no fue una jugada al azar, aunque al parecer su implementación sí. No hay mejor manera de formar un Estado que teniendo una meta en común, aún más si esta representa la presencia de un enemigo. Los reclamos sobre las islas por parte de los argentinos fueron pocos durante el siglo XIX debido en buena parte a que la consolidación del Estado Argentino no culminó en la parte continental hasta 1881. Sin embargo, como todo estado latinoamericano, Argentina sigue siendo un estado coloidal, y está convencida de que su unificación final se dará con la posesión de éstas islas.

Ahora que la actual Presidenta Cristina Fernández (de Kirchner, por supuesto) ha vuelto a pronunciarse sobre el tema luego de una incapacidad de 20 días, las declaraciones calurosas se han dado nuevamente, donde los argentinos llaman imperialistas a los británicos, y éstos de vuelta los llaman colonialistas. Una muestra de esa unidad argentina es que representantes de partidos no-gobiernistas como el ex presidente Alfonsín (quien recibiera el gobierno de los militares) se unieran en torno a recibir apoyo mundial frente a esta causa. Así mismo, el gobierno de Fernández ha recibido el apoyo de gobiernos centroamericanos en lo que es presentado como un reclamo pacífico y pegado a la ley.

Actualmente el Reino Unido ha cambiado la doctrina de su política exterior, la cual se pega ahora a los principios wilsonianos expuesto entre 1918 y 1919, cuando empezó el declive de su imperio. O por lo menos eso parece en este caso, ya que los británicos hacen un llamado a la libre autodeterminación de los pueblos, a sabiendas que entre ser independientes, argentinos o británicos, los kelpers la tienen clara. Llamado que es respondido por las islas del Caribe, ni más ni menos, al ser varias de éstas aún protectorados británicos o haber logrado su independencia de ese modo (aunque siendo parte de la Commonwealth). Sumado a esto hay indicios de recursos energéticos en las Malvinas, no hay riesgo alguno de que pasen a otra jurisdicción.

Y es que ahí está el meollo, el gobierno argentino vuelve a estar en una debacle y da la impresión de necesitar nuevamente el histórico distractor, incluso sus vecinos del Mercosur y Chile que dicen apoyar el bloqueo portuario a los barcos con la bandera de las Malvinas, expedido hace dos años por Argentina, logran darle la vuelta a ese apoyo con las tretas propias que los navíos británicos implementan desde su surgimiento [1]. Argentina confía ahora en que el derecho le va a dar la razón, al parecer olvidando que no existe autoridad central que lo respalde, y que el Reino Unido sigue teniendo una mayor capacidad para hacerlo respetar u obviarlo.

Claro, los resentimientos por el viejo colonialismos captan la atención, más cuando son inflamados al ser presentados bajo la definición de imperialismo inspirada en los discípulos de Marx (así éste no lo viera con malos ojos). Pero si entendemos el imperialismo desde una perspectiva menos emperifollada, como la acción de todo estado en pro de alterar el statu quo a su favor, y siendo este último la distribución de poder establecida desde la última guerra, vale preguntarse: ¿quién es el imperialista? A todas luces la torpeza militar argentina ratificó el statu quo en 1982.

No digo que las cosas no puedan cambiar, pero no le tengo fe a que eso se dé por unas simples leyes sin el respaldo de un poder real, y tal vez Argentina deba considerar otras maneras de crear sentido de pertenencia, tal vez asegurando un verdadero bienestar a sus habitantes. Con esto dicho, por lo pronto esto será lo que veamos cuando lleguemos a las Malvinas:


viernes, 20 de enero de 2012

Que cosa con estos orientales...

Estamos ante la presencia de un importante cambio del mundo como lo conocemos. No sólo el mundo está tomando una nueva configuración multipolar luego de la bipolaridad de la guerra fría y la borrosa hegemonía estadounidense de los últimos 20 años, también se está configurando una nueva Unidad Política Máxima que bien podría reemplazar la figura del Estado-Nación que ha regido durante los últimos 364 años. Se pensará que los problemas que enfrenta en estos instantes la Unión Europea serán el motivo de su colapso, eso es resultado de la falsa comodidad y optimismo de los últimos 20 años, en realidad, son estás “crisis” las que la solidifican.

Dejando a Grecia a un lado, tema que ya de por sí se ha puesto aburrido, ahora Hungría está poniendo a prueba a la organización supranacional. Para hacer el cuento corto, bajo el gobierno de Viktor Orbán y del partido de centro-derecha Fidesz, Hungría ha enfrentado una crisis económica no muy distinta a la del país heleno y no ha tenido suerte intentando conseguir un préstamo del FMI. Además de eso, este año entró en vigencia una nueva constitución política redactada bastante controversial por su tono ultra-conservador, cuyos detractores alegan fue empujada a las malas por la mayoría del Fidesz en el parlamento y que muestran como una regresión al autoritarismo.

La UE ya ha tomado cartas en el asunto, y ha puesto en acción procedimientos legales para sancionar a Hungría específicamente por la legislación que amenaza con la autonomía del banco central, la autonomía de la rama judicial y la autoridad de protección de datos; junto con una nueva disposición que ataca la falta de respeto por parte de Orbán hacia la libertad de prensa. El mismo presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso ha manifestado su inconformidad con lo que creía serían reformas en línea con la “Ley Europea”. Por su parte, Orbán asegura que este inconveniente se resolverá rápidamente, y además cuenta con el apoyo del bloque centro-derechista del EPP dentro del Parlamento Europeo, el cual actualmente es mayoritario. No obstante, llegan más presiones al gobierno húngaro, los países del Benelux ya hablan de cumbre con los 27 mandatarios de los países miembros de la UE para discutir la situación de Hungría.

Aquí la cuestión central es: ¿en quién recae la soberanía? Especialmente si entendemos ésta como el poder sobre el cual no existe ningún otro, lo cual de entrada descarta la posibilidad de un poder compartido. Porque precisamente es el argumento de la soberanía el que han esgrimido aquellos que han defendido las reformas dentro del país magiar; pero teniendo en cuenta que Hungría fue el país post-comunista más entusiasta en ser recibido por Occidente y unirse a la UE, entusiasmo que por cierto Viktor Orbán era uno de sus mayores abanderados, es pertinente observar si el Primer Ministro peleará por su soberanía o se plegará a los mandatos de la UE.

En este orden de ideas, muchos de los observadores de este caso referenciados señalan como históricamente los húngaros han sido dominados por los mongoles, los turcos, los Habsburgo, los nazis, y finalmente los soviéticos, dando casi a entender que este tipo de problema no les es extraño, y por lo tanto es plausible pensar que se darán mañas para resolver la situación la UE y aún así salir ganando. Pero, el problema es más de peso que unos simples ardides dinásticos, con Viktor Orbán se teme un retroceso democrático comparable con los casos de Vladimir Putin, o el susto que dio Berlusconi dentro de la UE. Más si se considera el hecho que algunas encuestas apuntan a que los húngaros están decepcionados con el modelo occidental, y renunciarían a la democracia con tal de obtener prosperidad. Claramente esta contravía con sus ideales kantianos no será recibida con beneplácito por la UE.

Ahora bien, echando globos sobre el extremo contrario del asunto, que Hungría mantenga sus reformas políticas y esto lleve a su salida de la UE, ¿quedaría este país aislado como un paria? Tal vez en un principio, pero no se puede dejar a un lado la Unión que pretende lograr Rusia con algunos de sus satélites, y tal ente supranacional hace caso omiso de la calidad democrática de sus integrantes por obvias razones. El problema de fondo que tiene la UE frente a varios de los países de Europa Oriental es que, por las razones que fuesen, éstos no logran acomodarse adecuadamente a los requerimientos que ésta impone, y sin proponérselo los empuja a la zona de influencia de su eterna rival.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, la Unión Europea enfrenta otro fuerte reto para asumir la posición a la que aspira. Viendo ya que no sólo la burocracia de la organización sino los mandatarios de sus países miembros se movilizan para atender la situación, se puede intuir que el choque de influencia será bastante fuerte y con una inclinación hacia la organización. De llegar a ceder Hungría, revocando medidas que parten del documento que se supone es la evidencia de su soberanía, ayudaría a demostrar cual es realmente el poder sobre el cual no hay ningún otro en el Viejo Continente, de lo contrario, ayudaría a una nueva fragmentación de éste. 

miércoles, 18 de enero de 2012

Sandwich de montaña

Hace muchos años, allá atrás cuando era estudiante de universidad pública, me llamaban mucho la atención unos cartelitos mostrando su apoyo a las “justas luchas (sic) en Nepal”. Aún no tengo muy en claro cómo podría afectar al balance del conflicto interno acá en Colombia de haber surgido un régimen maoísta en un país remoto cuyo nombre es conocido, si acaso por los que pusieron atención en clase de geografía, por ser el país donde se encuentra el Monte Everest.

Actualmente la guerra civil en Nepal se terminó con un acuerdo de paz en noviembre de 2006, lograda con un gobierno democrático de coalición entre los partidos tradicionalistas y la antigua guerrilla maoísta (actual partido maoísta), pero aún persiste una tensa calma dentro del país. De todos modos, el gobierno nepalí quiere aprovechar la situación de paz para llamar la atención de posibles inversionistas y revitalizar la economía, aunque está depende fuertemente de la India. Y es que no podría ser de otro modo, el componente cultural muestra una clara herencia de la cultura India, y este país ha sido su principal socio incluso en sus épocas de declive.

Sin embargo, Nepal tiene otro vecino nada despreciable que es China, la cual le ha servido para frenar los avances de India cuando estos han sido excesivos, y por eso ha intentado mantener en calma llegando hasta reprimir a su población tibetana para ganarse los favores del Reino del Medio, como tampoco es descartable el posible apoyo sínico al fuerte maoísmo presente en ese país. Precisamente la meta actual de Nepal es retomar esa labor de puente entre estas dos antiguas civilizaciones (si quieren saber más hagan click en la imagen). Dado su terreno elevadamente montañoso y sus bajos recursos naturales, Nepal cuenta con las ventajas geográficas para fungir de fortaleza neutral entre estos dos gigantes, los cuales bajo sus acuerdos económicos dentro del grupo BRICS pueden llegar a tener un efecto de derrame que podría favorecer a este estado tapón.

Todo esto sería maravilloso si en realidad la economía estuviese por encima de los demás aspectos, como se nos ha querido hacer creer. Entre China e India existen hasta el día de hoy conflictos históricos de larga data que se han manifestado en tensiones estratégicas, y entre esos conflictos están los conflictos fronterizos. Por el momento las tensiones no pasan de simples sospechas, desconciertos e incomodidades, y al ser ambas potencias nucleares, es posible que la apuesta sea por la disuasión y evitar una escalada. También es cierto que bajo los parámetros de las nuevas guerras un choque frontal es improbable, pero aún así Nepal se vería en una posición muy desfavorable en este choque de titanes, que de por sí ya compiten por el título de potencia asiática.

Por lo tanto, para asegurar su supervivencia Nepal además de balancearse entre las dos potencias y servirles de puente, debe aprovechar tal posición para mediar entre ellas. Para eso debe evitar el ensimismamiento que suelen tener los países montañosos y asumir una actitud más activa, a la vez que en cada negociación mantener presente sus intereses y sacar ventaja de cada situación. Por lo pronto le queda terminar de organizar su casa y dar los primeros pasos para salir a un mundo del cual se ha aislado por largo tiempo.

Reflexión final: ¿Será que la simpatía mostrada hacia grupos insurgentes nepalíes más allá de la retórica y simpatía ideológica tiene que ver con que también somos un país montañoso, ensimismado, que hace todo lo posible por organizarse dentro de sus fronteras y mostrarse atractivo al extranjero? ¿Qué creen?

martes, 17 de enero de 2012

Go West!

Uno de los proyectos en clase más interesantes que realicé el año pasado fue una investigación sobre la formación de estados en el Cáucaso. Entre las varias regiones que comprenden los Estados Post-Soviéticos, esta puede llegar a ser la más interesante debido a que a pesar de la proximidad geográfica, las diferencias entre los tres estados emergentes son bastante marcadas, y en ninguna otra región euroasiática se ve tan claramente el juego de intereses de potencias externas.

Aunque las cosas no son tan simples como aparentan, en términos amplios que de los tres países Azerbaiyán representa la cuota musulmana, empezando por la medialuna creciente en su bandera, y tal parece que obtiene el mayor apoyo por parte de Turquía, o bien, busca obtenerlo al también rechazar la ley francesa que prohíbe la negación del genocidio armenio. Claro que también ese vínculo con Ankara contra Armenia también podría tener sus orígenes en el conflicto de Nagorno-Karabakh, un enclave armenio en Azerbaiyán que busca independizarse pero su reconocimiento está en vilo debido al temor de molestar a Rusia, la potencia natural de la zona y principal benefactora de Armenia que también busca establecer su influencia en los demás estados caucásicos.

Por otro lado, en este enredo de reconocimientos y no-reconocimientos de las regiones post-comunistas, Rusia estuvo muy dispuesta a reconocer las regiones disidentes de Akhbazia y Osetia del Sur, las cuales se encuentran dentro de Georgia. La razón es sencilla, de los tres países del Cáucaso Georgia es el que más ha hecho intentos de acercarse a Occidente. La incomodidad probablemente no se deba tanto a los acercamientos comerciales con la Unión Europea, sino al hecho que Georgia tiene en curso una solicitud de entrada a la OTAN, y las muestras de afecto con el principal rival de los rusos han llegado incluso a niveles desproporcionados, como el erigir un monumento al ex presidente estadounidense Ronald Reagan.


De hecho, el gobierno en Tiblisi acaba de presentar su Concepto de Seguridad Nacional donde de 12 riesgos, Rusia representa 10. Así mismo, la prioridad se la lleva Estados Unidos en la necesidad de fortalecer relaciones, pero resulta aún más interesante que los otros dos aliados estratégicos sean Ucrania y Turquía.  En el caso de Ucrania se trata junto con Georgia, Azerbaiyán y Moldavia de uno de los miembros de GUAM, organización internacional de Estados Post-Soviéticos que busca hacer contrapeso a la influencia rusa en la zona y también ha dado muestras de afinidad con Occidente (de los post-soviéticos sólo los bálticos han logrado integrarse plenamente con esta región), pero la división interna de este país puede hacer que fallen en este propósito, sumado a que actualmente el gobierno está en manos del partido pro-ruso. En cuanto a Turquía, es cuestión de recordar que se trata de un miembro de la OTAN que puede ayudar en su campaña de ingreso.

Ahora bien, este entusiasmo georgiano no parece ser del todo compartido por EEUU, sobre todo teniendo en cuenta que el actual presidente Obama ha intentado calmar las tensiones con su homólogo ruso, y por lo tanto maneja el tema del Cáucaso con cautela. Una muestra de esto, es que Obama presentó una sentencia firmada haciéndole el quite a una ley que aprobó el Congreso Estadounidense que ordenaba una “normalización” en las relaciones de defensa con el país post-soviético. Aún así, en esa misma declaración sumada a la Nueva Guía Estratégica de la Casa Blanca declaran que habrá una mayor integración en los asuntos de seguridad en la zona, lo cual puede dar a entender que se planea agilizar la entrada de Georgia a la OTAN, siendo esto un contrapeso más fuerte que un comercio de armas entre los dos países. El avance de esta entrada parece ser confirmado por el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen.


En últimas, una sutil forma de contener y desbalancearle el patio a un rival, además de tener un faro en hacia una región complicada y de interés. Pero eso no para aquí, por eso dije en un principio que el asunto es bien interesante, en este juego de intereses hay que ver cómo puede reaccionar Rusia, e incluso, como pueden llegar a actuar otras potencias que no han entrado al juego de esta región.

lunes, 16 de enero de 2012

Píntela de otro color

Aunque hasta ahora estoy empezando a observar las particularidades de este continente, mi apuesta es que de darse el surgimiento de una potencia regional en África ésta vendría del sur. Mi apuesta va por esa región a diferencia de otras debido a que el ascenso del continente tiene mayor prominencia en esa región (ver: Botswana), y las muestras de soft power de Sudáfrica desde los 90, su reciente entrada a los BRICS, y muestras de voluntad de poder como los préstamos a Swazilandia,  pueden surtir efecto. Algunos ven esa posibilidad en Egipto, pero dada su herencia está más conectado con el mundo árabe que con el continente; en el caso de Nigeria, le tengo poca fe al poder basado exclusivamente en materias primas, y Kenya tiene un vecindario bastante difícil.

No obstante, dado el estatus que podríamos llamar embrionario o naciente, debido a la reciente independencia, de los estados africanos es de tener en cuenta los puntos de quiebre en los procesos de formación de estado y transiciones democráticas. El caso en el sur de África es principalmente racial, debido a que éstos fueron los últimos países africanos en independizarse y los colonos europeos de esta zona han sido los más reticentes a abandonar el continente, o en el caso de Mozambique y Angola una independencia bastante violenta en la que se dio una total expulsión de la población portuguesa durante la década de los 70.

Y cito a estos dos países como excepción, porque son los únicos donde no se dio la fuerte influencia británica en la región, dentro de la cual tampoco se puede descartar la influencia holandesa (los afrikáners) y alemana. De hecho, no han pasado 20 años desde la caída del régimen afrikáner en Sudáfrica que practicaba la temible política del apartheid, la cual también fue replicada en otros países de la región, la cual también incluía la creación de los bantustanes. Por otro lado, también se le atribuye a este tipo de regímenes el haber legado el andamiaje institucional a los actuales gobiernos que ha hecho posible el avance en la zona, lo cual argumentado con cierto veneno no deja de echarle más leña a la hoguera.

Fue precisamente en Sudáfrica donde se dio el caso emblemático de reconciliación con la presidencia de Nelson Mandela, pero del simbolismo a la realidad hay siempre una brecha, la cual actualmente parece estarse ampliando. Recientemente se celebraron los 100 años del partido del mencionado líder sudafricano, el Congreso Nacional Africano ANC (siglas en inglés), y entre el festejo no deja de haber cierta acritud no sólo por la regular gestión del actual presidente Jacob Zuma, sino también la emergente popularidad del expulsado líder del ala juvenil de ese partido, Julius Malema. Lo preocupante de dicha popularidad, es el hecho que Malema se basa principalmente en un discurso de revancha racial, incluso atacando a miembros blancos del ANC y otras figuras que desde un inicio se manifestaron en contra del apartheid.

A pesar de esto, en otros países surafricanos se dan ciertos avances en la reconciliación. El presidente de Zambia, quien se posesionó hace unos meses, recién nombró como vicepresidente Guy Scott, descendiente directo de colonos europeos argumentando la necesidad de “caribeanizar” Zambia (concepto que no me es muy claro, debo admitir). Siguiendo la línea de este artículo, el problema no es tanto al interior del país sino en las relaciones con su vecino Zimbabwe, país con el que conformaba la antigua colonia de Rhodesia. Desde 1980 Zimbabwe ha estado gobernado por Robert Mugabe, cuya solución al problema racial fue literalmente voltear la torta y son ahora los blancos de ese país los que son tratados como una raza inferior; sin embargo, en el periódico oficial de ese país (y el único admitido), Mugabe ve sin problemas este nombramiento, e incluso hace referencia a cierta hermandad colegial.

El cómo se resuelvan estos conflictos al interior de estos países será un factor determinante en cómo se proyectan estos países hacia el exterior. Si bien los avances que presentan, y principalmente en materia económica, los hacen cada vez más atractivos y menos olvidados, este tipo de cuestiones dará buena cuenta hacia qué tipo de potencia apuntan sus intereses, y como se dará la pauta de la política dentro del continente negro con la probable emergencia de una potencia regional en esta zona.

Nota: Varios datos los tomé de esta página, y ya estoy avanzando en bibliografía para tener más clara la dinámica de esta región tan interesante del mundo. Esperen más detalles.

viernes, 13 de enero de 2012

El niño diferente

El Primer Ministro de Fiji, Frank Bainimarama, levantó el estado de emergencia al que tenía sometido a su país desde 2007 y puso sobre la mesa la posibilidad de crear una nueva Constitución, acción celebrada por las potencias regionales, Australia y Nueva Zelanda, como también por la Commonwealth. Aunque aún se mantienen reservas frente a este hecho, la celebración se debe al posible retorno a un régimen democrático del país isleño desde que Bainimarama dio un golpe de estado en 2006.

Más allá del romanticismo que despierta la palabra “democracia” en este periodo de la historia, es de comprender que al considerarse parte de Occidente, sumado a la influencia de potencias como Reino Unido, EEUU y Francia, los estados líderes en el Pacífico ven afín a sus intereses la promoción de este sistema político para mantener el equilibrio en una región que promete inestabilidad. De hecho, Fiji ha sido suspendido del Foro del Pacífico desde 2009 por iniciativa austral-neozelandesa sin recibir mayor apoyo por parte de sus vecinos, salvo por Islas Salomón y Tuvalu.

Como era de esperarse, este tipo de desequilibrios no se limitan al simple desacato de unos principios, también sacan a flote viejas rencillas entre los estados insulares. Tal es el caso de Tonga, país que dio un paso hacia la democracia en noviembre pasado y cuyos anteriores perseguidos políticos se asilaban en Fiji. Ahora este país protagoniza no sólo una reversa en su sistema político sino también en el caso de los asilos, al haber ayudado con su marina en mayo de 2011 al escape del depuesto Roko Mara, hijo de Ratu Mara, considerado éste como el fundador del país. Tal acción ha creado una situación diplomática tensa entre ambos países la cual aún no ha sido resuelta [1].

Otro país del Pacífico que al parecer le ha enseñado los dientes a Fiji, o que por lo menos se ha mostrado frío hacia éste es Samoa Occidental, cuyo partido que lo gobierna desde 1982 –Partido de la Protección de los Derechos Humanos- ha mostrado una constante inclinación pro-Occidente, y por lo tanto sus políticas exteriores han estado en línea con Nueva Zelanda y Australia. Sin embargo, en las pasadas elecciones de marzo la oposición se coalicionó en el Partido Tautua, mostrando una posición anti-Occidente y de apoyo al actual gobierno en Fiji bajo un discurso un tanto más populista [2], ganando de esta manera algunos escaños en el Parlamento Samoano. Aunque el partido oficialista permanece en el poder y aún da espaldarazos a Australia, no se puede descartar la existencia de enclaves dispuestos a darle un giro a la política exterior del Pacífico y cambiar el statu quo de esta región (también sería interesante ver qué tan auténtica es la democracia samoana).

Dicho esto, es de tener en cuenta que hace poco Bainimarama decretó una nueva medida anti-terrorista la cual permite arrestos desde 48 horas hasta catorce días por acciones tan ambiguas como los mensajes de odio o la discriminación racial o étnica, lo cual parece un retroceso en el posible proceso democrático y explica la cautela de Australia y sus aliados. Así mismo, el día de hoy el Ministro de Relaciones Exteriores de Fiji Ratu Kubuabola declaró que los intentos de Australia para aislar a Fiji no han dado resultado, y que este país cada vez logra mayor apoyo dentro de sus pares en la región, dejando en contradicho el avance de los intereses occidentalistas.

El principal problema para las potencias oceánicas es que Fiji viene desde hace un buen tiempo estrechando vínculos con una potencia de fuera interesada en hacer presencia en la región, y que no le atribuye mayor mérito al sistema político establecido por sus socios. Esto podría hacer que otros estados pacíficos que posiblemente no se sientan satisfechos con su posición en las esferas de influencia establecidas sigan el ejemplo de Fiji, dando pie a un balance de poder nunca antes visto en la zona.

martes, 10 de enero de 2012

El retorno de Ahmadinejad

A veces observar al Sistema Internacional puede tornarse iterativo porque así uno intente ver cosas nuevas, ciertos actores se hacen recurrentes. A veces también uno tiene las cosas tan en frente que no se da cuenta de ellas. Digo esto porque hace poco hice un artículo sobre Irán, y una vez más este país está colmando las primeras planas de todos los medios que reviso, especialmente debido a que su Presidente Mahmoud Ahmadinejad está haciendo una gira aquí mismo en Latinoamérica. Esto de por sí no es nuevo, hace un par de años el dirigente iraní realizó una gira similar, pero de todas formas es interesante ver los posibles escenarios de estas giras.

Al igual que el Pacífico, África y ciertos sectores de Asia, Latinoamérica y el Caribe hacen parte de los tableros de ajedrez donde se juegan ciertas fichas del mencionado sistema. El hecho que Ahmadinejad visite Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Cuba y Guatemala por estos días deja entrever ciertas cosas que algunos podrán desestimar aludiendo supuestos problemas mentales de los líderes de estos países, o por otra parte se dejan llevar por un agudo sentimiento de paranoia. De la misma manera, propongo dos posibles motivaciones para tal gira: una es que Irán está reforzando su posición como potencia emergente al buscar aliados, la otra es que busca solidaridad en sus recientes debacles internacionales (o ambas, no son excluyentes).

El continente americano en su totalidad ha sido visto desde hace tiempo como la zona de influencia natural de Estados Unidos al ser la única potencia dentro de éste. Pero una mirada siquiera que raspe la superficie dará cuenta que esto no es tan cierto por lo menos en los últimos 50 años, cuando en la primera fase de la Guerra Fría Cuba entró a la órbita soviética y se dio la Crisis de los Misiles, y luego en la segunda fase Nicaragua se alejó de EEUU con la Revolución Sandinista. La política estadounidense para hacer frente a esta amenaza en su región fue apoyar grupos contrainsurgentes y fuertes dictaduras para evitar que el comunismo se propagara, y las acciones de estos grupos fueron en algunos casos tan macabras que aún causan resentimiento.

Actualmente no hay Unión Soviética que apoye a estos países disidentes, y el comunismo dejó hace rato de ser el enemigo, por ello es que aún si más países latinoamericanos muestran simpatía o adhesión a la vieja retórica son vistos como simples molestias menores, como es el caso de Venezuela. Por consiguiente, es apenas natural que estos países latinoamericanos integren el ALBA junto con otros cuyo valor en común es el hacerle frente a EEUU de manera abierta, cosa que los pone en liga con Irán, así la pelea de este país con la potencia norteamericana sea por otras motivaciones.

La pregunta acá es qué tanto puede lograr la coalición de esto países en contra de lo que llaman el “imperialismo yankee” más allá de un mero gesto simbólico. Irán está sujeto a varias sanciones económicas, y su reticencia a ceder en el Estrecho de Ormuz y en sus pruebas nucleares le vaticina un camino rocoso en días venideros. Del mismo modo, Venezuela tiene sanciones económicas aunque la mayor parte de su producción petrolífera sigue siendo consumida por su rival declarado [1], Nicaragua está entre los países más pobres de la región, y a Cuba le siguen manteniendo el bloqueo. Evidentemente, no es mucho el contrapeso que logra esta alianza, sumado a que ninguno de los otros miembros del ALBA califica como potencia regional.

En ese orden de ideas, es curioso que en esta gira se dejara por fuera a Brasil, país latinoamericano que sí podría causar un desbalance significativo en la región. Ahmadinejad visitó al país carioca en la gira pasada cuando era gobernado por Lula da Silva, y se argumenta que bajo el perfil más pragmático de la actual Presidenta Dilma Roussef, ya no es tan conveniente dejarse ver con el nuevo leproso del sistema. Mi sospecha va más por la continuación de la expansión de la influencia brasilera en su propia región, muy en línea con la política exterior del gobierno anterior, y meter a otro marañón en la competencia.

No obstante, como todo delirio tiene cierta raíz en la realidad, hay que mirar que causa la paranoia o por lo menos el malestar de esta visita por nuestras tierras. Pueda que en un futuro inmediato esta variopinta coalición no pueda causar mayores líos en el corto plazo, pero sí puede corroer lentamente una esfera de influencia que muchas veces se da por sentada. Más aún cuando los temores no son tanto por una guerra frontal sino por el apoyo del nuevo enemigo, el aún más intangible terrorismo, de lo cual se acusa por lo menos a Chávez desde hace un buen tiempo desde aquí. Y como se trata precisamente de algo intangible, o “líquido” he notado que dicen ciertos autores, es algo que si bien toma tiempo, es fácil de esconder y hacer que cause molestias.

Latinoamérica reclama un trato de “adulto”, que además está en larga espera, pero sus fracciones internas hacen que no pierda ese estatus de tablero de juegos. Viviremos el proceso que nos toque vivir, pero por lo pronto como buen ajedrez o Risk en curso aún estamos muy a merced de quienes quieren mover todas las fichas.

jueves, 5 de enero de 2012

Entre Europa y Asia

Hace poco me terminé de leer El choque de civilizaciones de Samuel Huntington, que si bien su contenido es discutible y su retórica un tanto encendida, no deja de tener algunos aciertos, o por lo menos es un buen lente para observar ciertos acontecimientos recientes. En particular me refiero a que el pasado diciembre la Cámara Baja de Francia aprobó una ley que criminaliza la negación del genocidio armenio a manos de turcos otomanos en 1915. Por supuesto, Turquía que nunca ha reconocido tal hecho ha cortado relaciones diplomáticas con los galos.

Algunos celebrarán esta ley francesa por su corte humanista, y concordarán con el Presidente Sarkozy en sus alegatos sobre los derechos humanos que respaldan tal ley. Si bien la medida puede ser loable, la verdad no encuentro tan convincente el discurso redentor tras esta ley, y más bien me da la impresión de que la intención tras esta ley es empezar a deshacerse un país al parecer molesto para el proyecto integracionista europeo. Turquía ha venido solicitando membrecía completa desde 1987 en la Comunidad Europea (actual Unión Europea), y mientras que otros países la solicitaron luego y se les ha concedido (Último caso: Croacia), esta es la hora que le hacen el quite a su solicitud.

Turquía es, en mi concepto, el mejor ejemplo de una zona de paso, desde su arquitectura se nota la confluencia de varias culturas, y su geografía e historia no aclaran si efectivamente se trata de un país europeo o el lado más saliente del oeste de Asia. Pero si seguimos con los argumentos de Huntington, el mayor contra del ingreso de Turquía a la UE es su adhesión a la religión musulmana, a pesar de ser el país de esta fe que mejor ha sabido adaptar el modelo político occidental desde las reformas kemalistas en la década de 1920. Como bien lo dijo Jacques Delors, la Unión Europea es un club cristiano, el cual por eso se extiende incluso a países ortodoxos como Grecia ("la cuna de la civilización"), que si bien Huntington los pone en una civilización aparte logró percibir que serían el dolor de cabeza dentro de la UE.

Aun dejando aparte el análisis civilizacional, es de tener en cuenta al respecto de los países ortodoxos que algunos de estos fueron en algún momento parte del Imperio Otomano y aún persisten ciertos resentimientos. Grecia aún mira con sospecha a su vecino del Mar Egeo, y Turquía sigue siendo el único país que reconoce a Chipre Oriental como Estado causando malestar en esta isla miembro de la UE. Fuera de eso y de la UE, Israel ha puesto sobre la mesa el reconocimiento del genocidio armenio de 1915, y no sobra recordar el reciente incidente diplomático entre estos dos países debido a la Flotilla de la Libertad como para notar cierta intención de aislar a Ankara.

Es muy probable que Francia se haya tomado el trabajo entre los demás países europeos para hacerle esta afrenta a Turquía debido a varias condiciones que le facilitan tal jugada: en primer lugar, se trata de uno de los estados centrales de la UE, y de haber sido Alemania la de esta iniciativa, la amplia diáspora turca dentro de ese país podría causarles amplios conflictos internos a los teutones; en segundo lugar, está su discurso de “Libertad, Igualdad y Fraternidad” que da el trasfondo necesario para hacer creíble el humanitarismo tras la nueva ley; en tercer lugar, ganarse a Armenia ayuda a Europa en el balance de poder que se está dando en la conflictiva región del Cáucaso, y finalmente, Francia es el estado europeo que más ha avanzado políticas anti-musulmanas como la prohibición del burqa, posiblemente debido a sus aún patentes conflictos con Argelia.

Precisamente la clave para Turquía sea Argelia, pero no en acusar a los franceses de sus masacres en el país norafricano, aunque ya que mencioné Croacia también es curioso su admisión a pesar del caso Krajina. No, ahora que Turquía está bajo el mando de Recep Tayyip Erdoğan ha tenido una mirada más inclinada hacia Asia y el mundo árabe, y un argumento de Huntington que permanece vigente es que el Islam todavía no tiene una potencia central que lo guíe, y Turquía es un candidato muy apto para tal posición. No sólo debido a su ascenso económico sino además su posición geográfica que sirve de puente a la mayoría de los países musulmanes desde el Magreb hasta Asia Central, y su proximidad con Europa y sus métodos le da cierta ventaja frente a Irán o Arabia Saudí para poner en jaque al Viejo Continente sin necesidad de verse frontalmente amenazante.

Sea por razones culturales o simple geoestrategia, la cuestión entre Europa y Turquía va a seguir siendo tensa, por lo menos dentro del campo de lo previsible. Si Francia y el resto de la UE sigue haciéndole el quite a ciertos países clave, tendrá que prepararse ya no sólo para lidiar sus crisis internas, sino a los eventuales bloqueos que puedan venir de las zonas de influencia inmediatas. Aunque todo genocidio y masacre es condenable, los altos ideales no alcanzan para lidiar con los resentimientos que perduran entre las civilizaciones.

miércoles, 4 de enero de 2012

Avances en las guerras culturales

Uno de los presentes más peculiares que recibí durante este cambio de año vino de un amigo que vive en Shanghái, quien conociendo mi gusto por la estrategia y temas relacionados me regaló un xiangqi, la versión china del ajedrez. Una diferencia clave entre este juego de mesa y su versión más popular es el hecho que las piezas chinas tienen movimientos mucho más restringidos, y por lo tanto la estrategia en el xiangqi se basa más en bloquear los movimientos del oponente que en capturarle la mayor cantidad de piezas. Al oír esto, otro amigo que trabaja en una empresa china dijo: “¡de razón negocian de esa forma!”

Tal como lo expresó este último, la razón por la que pedí ese juego es por mi convicción de que este tipo de cosas ayudan a entender la mentalidad de otras culturas en particular de la sínica, la cual se destaca por su histórico hermetismo y misterio. Es más, las estrategias del xiangqi recuerdan bastante las enseñanzas del maestro Sun Tzu en su obra El Arte de la Guerra, que de paso sea dicho es considerado como un antecedente no-Occidental del Realismo (y que está junto a mi copia de El Príncipe en mi biblioteca). La lectura de este libro ha sido una de las principales aproximaciones de Occidente hacia China, particularmente al usarlo como metáfora para campos en principio distintos al de la guerra como la economía, el deporte y el derecho entre otros.

Todo esto lo saco a flote porque el Presidente Chino Hu Jintao finalmente se ha dejado de rodeos y ha declarado que teme una invasión cultural de Occidente, y ya ha tomado ciertas medidas como limitar el contenido de las cadenas televisivas y de internet. Productos occidentales como Harry Potter, los Transformers o Lady Gaga son acusados de corroer launidad cultural china, y por ello Hu ha decidido también que se tomaran medidas para promover la cultura nacional china. De especial relevancia fueron los desfiles que se llevaron a cabo con este fin en el condado de Huinin honrando la memoria de Sun Tzu, quien presuntamente nació en esta región, el único de los antiguos pensadores chinos del agrado de Mao Zedong y por lo tanto de la Revolución China.

En los dos últimos artículos referenciados se señala como históricamente los impulsos culturales desde arriba suelen ser un fracaso, tal y como pasó con los intentos de los regímenes totalitarios de mediados de siglo pasado. Trayendo a colación el concepto de soft power de Joseph Nye, por el cual un país logra ser atractivo dentro del Sistema Internacional y logra que su cultura sea emulada por sociedades foráneas dándole cierto poder de convicción, comentan como éste se construye con base a unos valores universales y parte de los individuos, el sector privado y la sociedad civil. También recuerdan que las grandes innovaciones culturales suelen darse ahí donde suele darse gran intercambio cultural y dentro del seno de la oposición. Lo que estos autores olvidan mencionar es que detrás de todo soft power hay un fuerte hard power que lo respalda, y que uno de los usos del poder es precisamente el prestigio.

Yo disto de ser un experto en China, pero considero que acá se peca de observar este fenómeno desde una perspectiva un tanto parroquial. Si mal no recuerdo el aludido Sun Tzu era un general bajo las órdenes de uno de los antiguos reyes, y así el Partido Comunista Chino reniegue de su legado, el confucianismo sigue siendo el mayor componente de la sociedad china, y es la base de su espíritu colectivista y a la vez conservador. Y tampoco estoy muy versado en historia del arte, pero a diferencia de Europa en los últimos siglos, el arte chino suele ser más bien anónimo y las distinciones se basan casi exclusivamente en la dinastía o periodo histórico en el cual se dieron las obras, y no quién fue su autor.

Por lo tanto, pensar que un impulso cultural chino desde arriba es inútil puede ser algo miope. Al igual que con la economía, es probable que China sea capaz de dar la suficiente libertad como para que haya crecimiento y desarrollo (y hasta envidia), pero no la suficiente como para que se escape del colectivo representado en la centralidad del poder. Así como el modelo de desarrollo chino sólo puede darse en China debido a su fuerte adhesión a su estructura social ¿por qué no se puede pensar en un desarrollo similar en el aspecto cultural? Podría esperarse entonces también que otras sociedades quieran emular la mentalidad de enjambre de hormigas confuciana para lograr los niveles de crecimiento del Reino del Medio, cuando menos aquellas con una fuerte influencia sínica como Singapur o Taiwán, lo que lleva a una mejor consolidación de la mencionada influencia.

Ahora bien, se podría argumentar que la creatividad no es precisamente uno de los fuertes en la sociedad china, señalando como el desarrollo tecnológico reciente se debe a la imitación. En este caso volvemos a los paralelismos, los chinos imitan y producen en cantidades desbocadas haciendo que eventualmente vendan sus productos por el bajo costo, y en ese sentido pueden llegar a influir culturalmente al tomar aspectos de una cultura foránea y regurgitárselos de tal forma que sin darse cuenta dicha cultura ya queda bajo la influencia china. No olvidemos que la mayor parte de las atronadoras vuvuzelas en el pasado mundial de fútbol se produjeron en China, y ahora la industria de ese país saca a la venta un muñeco del difunto Steve Jobs, por poner unos ejemplos.

Aunque dudo de un futuro unipolar bajo hegemonía china (como bien se expone acá y debido al mencionado hermetismo), no se puede pasar de largo que las potencias se comportan como potencias y por ello van a querer aumentar su influencia y su poder, la diferencia radica en cómo logran tales objetivos. China claramente desafía los estándares por los cuales entendemos el mundo, y por ello se hace necesario comprender sus métodos y forma de ver el mundo. Dicho esto ¿quién quiere acompañarme a un chop suey con una partida de xiangqi?

domingo, 1 de enero de 2012

Un merecido homenaje

En estas fechas en que la gente anda más sensible o predispuesta a cosas como la sincronía del universo, la serendipia, o las meras coincidencias, y aún más con el cuento del fin del calendario maya y cuanta profecía apocalíptica (aunque como alguien educado en el new age debo anotar que Saturno entra en Escorpión y es Año del Dragón según los chinos, cosas que… ya han pasado antes); pues voy a aprovechar mi pequeña coincidencia de cambio de año.

Entre los libros que me propuse a leer en estas vacaciones se encuentra American Diplomacy de George Frost Kennan, uno de los padres de la teoría Realista y de su aplicación en la política exterior, no por nada se le conoce como el padre de la contención. Este autor suele estar en la sombra de los textos académicos debido a su tono oscuro y pesimista, además de su tono despectivo hacia ciertos valores nacionales como la democracia, y ciertas admitidas fallas en su personalidad.

Es precisamente ese tono oscuro una de las grandes motivaciones de suscribirme a dicha escuela internacionalista, y lo que claramente ha marcado la línea de este blog, por ello no dejó de sorprenderme que la revista Foreign Affairs le haya dedicado un homenaje a Kennan a propósito de una reciente publicación de su biografía. Les recomiendo la lectura de los artículos referenciados en este homenaje, los cuales contienen su primera exposición de la política de contención bajo su pseudónimo de X, un balance de esta política 40 años después de su publicación, la fragmentación del bloque comunista al final de la primera fase de la Guerra Fría, la futilidad del multilateralismo en su concepción actual de hacer frente a problemas globales, y en mi opinión el más interesante, en el cual discute el vínculo entre moralidad y política exterior (el cual no deja de sentirse como una actualización de cierto autor renacentista florentino).

Feliz año, y nos veremos en futuras publicaciones.