Región complicada esta la del
Sudeste Asiático. Actualmente luego de las expansiones propias de las potencias
regionales, la colonización por parte de los imperios europeos, y la guerra en
Indochina (junto con la llegada de Rambo); vemos ahora como este pivote entre los
océanos Pacífico e Índico hace lo más para adaptarse a las medidas imperantes
en ésta, la Era del Relajo.
Tal es el caso de Myanmar… ¿o
Burma?(en mis épocas colegiales lo conocía como Birmania), estado que ha estado
bajo una dictadura militar desde 1962, y sus dos intentos de elecciones han
sido desastrosos o en el mejor de los casos viciados. Un caso escandaloso ha
sido el de la líder Aung San Suu Kyi,
encarcelada por la junta militar luego de las elecciones de 1990, acreedora de
un Nobel de Paz y de campañas promocionadas por Bono de U2 aspectos que hacen
que mi interés por el caso se reduzca.
De todos modos, este tipo de casos no son del interés de este blog, lo que
encuentro interesante es el resultado de las próximas elecciones en Myanmar
este domingo 1° de abril. Elecciones que por cierto son confusas hasta para los
mismos birmanos, y la mencionada líder ya acusa de presentar irregularidades. Como
bien lo dice esta nota, los resultados de estas elecciones son claves para
poder cumplir los estándares de democracia que exige el mundo occidental (así
éstos sean de fachada), que se les levanten las restricciones y poder activar
su economía.
Con los ojos del mundo puestos en ella, Myanmar de seguro le botará un
hueso a Aung San Suu Kyi y le bajará al tono a su mano de hierro sobre su
propia población. Más si se tiene en cuenta que las reformas del actual
presidente, Thein Sein (quien fue puesto por la Junta en las elecciones de
2010), han sido del agrado de las potencias occidentales, y por lo tanto se espera
un ascenso económico en Myanmar, de hecho, Thein Sein visitó el pasado 20 de marzo
al Presidente Truong Tan Sang en Hanói, para estrechar los vínculos entre su
país y Vietnam.
Pero, una vez más caemos en el embrujo de la economía y creemos que esa
es la mayor motivación de poder. Como bien lo señala el último artículo
referenciado, Myanmar busca cortar su dependencia con China y ampliar sus
lazos, curiosamente, esto se da cuando está ad portas de asumir la dirigencia
de la ASEAN en 2014. Fuera de eso, el que sea Vietnam el primer país del tour
del Presidente Sein puede ser bastante diciente, baste recordar la debacle
actual que existe por el Mar de China Meridional entre China y varios miembros
de la ASEAN, en particular Vietnam, quien incluso durante la Guerra Fría se
alió con los soviéticos para hacerle el quite al Reino del Medio.
Por su parte, es difícil saber qué piensa hacer China respecto a este
giro de eventos, el cual parece están aprovechando varios de sus rivales para
cercarla. Si tomamos como referente el mencionado asunto del Mar de China
Meridional, vemos como la potencia amarilla se muestra tranquila y hasta
complaciente con las exigencias propias de esta época, tanto así que ha
decidido ratificar la Carta de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar. No
obstante, las intenciones de China nunca son tan directas ni tan inocentes como
parecen, hay ciertos indicios de que esta aprobación de la Carta del Mar sea
para poder aprovechar ciertos huecos legales, y proteger legalmente futuras
acciones que avancen sus reclamos marítimos en la zona, usando las herramientas
de Occidente en su contra. Por lo tanto, hay que mantener los ojos abiertos a
las reacciones que pueda tener esta potencia frente a los cambios políticos en
Myanmar.
En ese orden de ideas, si el eje de las Relaciones Internacionales se ha
movido del Atlántico al Pacífico como muchos aseguran y varios aspectos parecen
indicar, las elecciones de este domingo en Myanmar no son simplemente un asunto
de política interna. Básicamente, lo que allá suceda definirá en cierta medida
hacia donde gire el pivote del Sudeste Asiático.
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